dissabte, 14 de gener del 2017

EL CONTRATO SEXUAL, CAROLE PATEMAN


Encarna Segura, MDD

Portada del libro: The sexual Contract, de Carole Pateman


"La diferencia sexual es una diferencia política, la diferencia sexual es la diferencia entre libertad y sujeción. Las mujeres no son parte del contrato originario a través del cual los hombres transforman su libertad natural en la seguridad de la libertad civil. Las mujeres son el objeto del contrato. El contrato (sexual) es el vehículo mediante el cual los hombres transforman su derecho natural sobre la mujer en la seguridad del derecho civil patriarcal"

Doctorada en la Universidad de Oxford, la británica Carole Pateman es teórica feminista, profesora de ciencias políticas y miembro de la Academia Británica. Sus trabajos de investigación giran en torno al estudio de la participación política, democracia, sexo e igualdad, en los que desafía las ideas establecidas. Su aclamada obra El contrato sexual, es ya un referente del feminismo.

La autora afirma en este trabajo que el verdadero pacto fundador como base de las sociedades patriarcales es el contrato sexual, anterior, según sus palabras, al que hasta ahora se creía que fundaba las sociedades humanas y que Jean-Jacques Rossseau denominó el contrato social.  El contrato sexual es un pacto entre varones en el que establecen como distribuirse entre ellos el acceso al cuerpo de las mujeres.

Mediante dicho contrato se mantiene a las mujeres sujetas y subordinadas en la esfera privada dentro del llamado patriarcado de la modernidad a través de los contratos que se derivan del principal: el de matrimonio, de trabajo,  de prostitución y de subrogación de la maternidad.


Sobre el contrato: "El contrato social es una historia de libertad, el contrato sexual es una historia de sujeción. En contrato original constituye, a la vez, la libertad y la dominación. La libertad de los varones y la sujeción de las mujeres se crea a través del contrato original, y el carácter de la libertad civil no se puede entender sin la mitad despreciada de la historia la cual revela cómo el derecho patriarcal de los hombres sobre las mujeres se establece a partir del contrato. La libertad civil no es universal. La libertad civil es un atributo masculino  y depende del derecho patriarcal. Los hijos destronan al padre, no sólo para ganar su libertad sino para asegurarse las mujeres para ellos mismos. Su éxito en esta empresa se relata en la historia del contrato sexual."

"El derecho político se origina en el derecho sexual o derecho conyugal, siendo el derecho paterno no el origen, sino sólo una faceta más del poder patriarcal. El patriarcado clásico se diferencia del patriarcado moderno porque precisamente este último no responde al "derecho del padre". La sociedad civil actual no está estructurada según el parentesco y el poder de los padres. Actualmente, las mujeres están subordinadas a los hombres en tanto varones, no en tanto padres."


Sobre la prostitución: "La percepción de la prostitución como un problema de las mujeres está tan arraigado que cualquier crítica de la prostitución acarrea muy probablemente la acusación que los contractualistas contemporáneos formulan a las feministas: que la crítica a la prostitución muestra menosprecio por las prostitutas. Sostener que algo está mal con la prostitución no implica necesariamente un juicio adverso sobre las mujeres que se comprometen en tal trabajo. Cuando los socialistas critican el capitalismo y el contrato de empleo no lo hacen porque menosprecien a los trabajadores sino porque son los defensores de los trabajadores. No obstante, la apelación a la noción de falsa conciencia, tan popular hace algunos años, sugieren que el problema del capitalismo era un problema de los trabajadores. Reducir la cuestión del capitalismo a las deficiencias de conciencia de los trabajadores desvía la atención del capitalista, el otro participante en el contrato de empleo. De modo similar, el supuesto patriarcal de que la prostitución es un problema de las mujeres asegura que el otro participante del contrato de prostitución escape al escrutinio. Una vez que la historia del contrato sexual ha sido contada, la prostitución puede ser vista como un problema de los varones. El problema de la prostitución entonces, aparece encapsulado en la cuestión de por qué los varones exigen que las mujeres vendan sus cuerpos como bienes en el mercado capitalista. La historia del contrato sexual también ofrece la respuesta: la prostitución es parte del ejercicio de la ley del derecho sexual masculino, uno de los modos en que los varones se aseguran el acceso al cuerpo de las mujeres."


Sobre la subrogación: "El calificativo <subrogada> indica que el fin del contrato es hacer irrelevante la maternidad y negar que la subrogada es una madre. La madre subrogada recibe pago a cambio de firmar un contrato que permite al varón hacer uso de sus servicios. En este caso, el contrato es para el uso de la propiedad que la mujer posee: su útero."

"Un contrato de subrogación difiere de un contrato de prostitución en que el varón no hace uso sexual directo del cuerpo de la mujer; más bien hace uso indirecto por vía de la inseminación artificial. La simiente del varón, para utilizar el lenguaje de Locke, se mezcla con el útero de la mujer y si ella cumple su servicio satisfactoriamente, él puede reclamar, por consiguiente, el producto como suyo propio. El lenguaje de Locke permite ver cual es el nuevo camino por el que transita el contrato. El contrato transformó el patriarcado clásico en moderno pero con la invención del contrato de subrogación un aspecto del patriarcado clásico ha regresado. Si el útero de una mujer no es más que una parte de su propiedad con la que se halla extremadamente relacionada, es ella, pues, un análogo de la vasija vacía de Sir Robert Filmer. Pero ahora se pueden hacer contratos respecto de la vasija vacía a fin de que el varón la llene con su simiente, otro ejemplo de la creatividad masculina, crea, en consecuencia, una nueva porción de propiedad. Quizá el varón que hace un contrato de subrogación puede ser comparado con un empleador que, según la doctrina del contrato, es el principio creativo que transforma la fuerza de trabajo en mercancías. Sólo que ahora puede hacer mucho más; en un giro espectacular de la tuerca patriarcal, el contrato de subrogación permite al varón presentarle a su esposa un último regalo: un niño."


A continuación, un recomendable análisis de El contrato sexual a cargo de la profesora de ciencias políticas Anabella Di Tullio Arias. (Universitat Pompeu Fabra)





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