dissabte, 25 de juny del 2016

EL PENSAMIENTO HETEROSEXUAL, MONIQUE WITTIG: LAS LESBIANAS NO SOMOS MUJERES.

Reseña al libro: El pensamiento heterosexual de Monique Wittig, por Encarna Segura (MDD).

El pensamiento heterosexual y otros ensayos, Monique Wittig.


"Para las mujeres, responder a la cuestión del sujeto individual en términos materialistas consiste, en primer lugar, en mostrar, como lo hicieron las feministas y las lesbianas, que los problemas supuestamente subjetivos, «individuales» y «privados» son, de hecho, problemas sociales, problemas de clase; que la sexualidad no es, para las mujeres, una expresión individual y subjetiva, sino una institución social violenta. Pero una vez que hayamos mostrado que todos nuestros problemas supuestamente personales son, de hecho, problemas de clase, aún nos quedará responder al problema del sujeto de cada mujer, tomada aisladamente; no el mito, sino cada una de nosotras. En este punto, creo que sólo mas allá de las categorías de sexo (mujer y hombre) puede encontrarse una nueva y subjetiva definición de la persona y del sujeto para toda la humanidad, y que el surgimiento de sujetos individuales exige destruir primero las categorías de sexo, eliminando su uso, y rechazando todas las ciencias que aún las utilizan como sus fundamentos (prácticamente todas las ciencias humanas)."

"Porque no hay ningún sexo. Sólo hay un sexo que es oprimido y otro que oprime. Es la opresión la que crea el sexo, y no al revés. Lo contrario vendría a decir que es el sexo lo que crea la opresión, o decir que la causa (el origen) de la opresión debe encontrarse en el sexo mismo, en una división natural de los sexos que preexistiría a (o que existiera fuera de) la sociedad"

"Ahora, como en otras épocas, los hombres están de un lado y las mujeres de otro. Los <Unos> dominan y poseen todo, incluyendo a las mujeres, los otros son dominados y apropiados. Creo que dada esta situación, en el nivel filosófico y en el nivel político, las mujeres no deberían nunca actuar desde el privilegio de ser diferentes y, menos aún, formular esta obligación de ser diferentes (relegadas a la categoría del Otro) como un "derecho a la diferencia", no deberían nunca caer en el "orgullo de ser diferentes". ¿Por qué debemos continuar aceptando una serie de triquiñuelas ontológicas, etimológicas y lingüísticas con el pretexto de que no tenemos el poder? Desenmascararlas, decir que uno de cada dos hombres es una mujer, que lo universal nos pertenece aunque hayamos sido desposeídas y expoliadas a ese nivel, al igual que en los niveles político y económico, forma parte de nuestro combate"
Monique Wittig

-Una de las lecturas feministas que más interesante me ha resultado últimamente es El pensamiento heterosexual, de Monique Wittig. Enmarcado dentro del pensamiento materialista y precursora de la teoría queer, esta obra es una recopilación de ensayos escritos entre los años 70 y 80 del siglo XX que vino a revolucionar el campo de los estudios feministas y que no sólo no ha perdido un ápice de actualidad sino que pude considerarse imprescindible para la lucha feminista.

En palabras del profesor Pablo Pérez Navarro para Parole de queer: "A decir de Wittig, las formas hegemónicas de entender la tarea del feminismo, por una parte, y de teorizar el propio lesbianismo, por la otra, permanecían atrapadas en lo que Simone de Beauvoir bautizó como el Mito de la Mujer. Este no sería otra cosa que una construcción patriarcal de la que el feminismo habrían extraído los rasgos que consideraban más positivos, desechando el resto, para desarrollar unas políticas de la feminidad que no podrían liberarse del elemento clave de la opresión patriarcal, desde el punto de vista de Wittig: la división histórica de los sujetos  en las categorías de hombre y mujer, y la institución de la heterosexualidad como sistema político de dominación de las mujeres. Por ello, el concepto de la diferencia sexual representaba para Wittig un punto de partida teórico totalmente inadecuado para la lucha feminista. Tanto que se trataba, más   bien,   de   una   trampa   del   sistema   y   de   un   lastre   para la   crítica   radical   de   la normatividad sexogenérica. De hecho, la construcción del Mito de la Mujer quedaba asíidentificado como el primer eslabón del régimen político de dominación de las mujeres(al que Wittig llamó “pensamiento heterosexual).

Desde su punto de vista, las categorías sexuales (hombre-­mujer) constituyen una oposición  entre clases  sociales, en  el sentido  marxista del término, definida por  las relaciones   de   explotación   de   los   hombres   sobre   las   mujeres. Es   por   ello   que   el feminismo, como lucha por la emancipación de una clase social, implica en realidad una lucha por la desaparición de las categorías sexuales y, en consecuencia, de las propias mujeres en tanto que clase social (del mismo modo que la revolución del proletariado habría de terminar con la disolución de esta clase en una utópica sociedad sin clases)."

Os recomendamos su lectura, podéis descargar el ensayo aquí:


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