dimarts, 9 de setembre del 2014

I ASSEMBLEA MOVIMENT DEMOCRÀTIC DE DONES





DEBATE HACIA LA I ASAMBLEA DEL MDM EN SAN FERNANDO DE HENARES, 20 DE SEPTIEMBRE DE 2014

ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN DE LA MUJER EN LA CRISIS DEL REGIMEN 

En el contexto actual de crisis del régimen previamente al estallido de la crisis en 2008, se venía denunciando una crisis de cuidados profunda con el agotamiento del modelo patriarcal/capitalista, sostenido sobre la división sexual del trabajo que impuesta en el seno de la sociedad burguesa provocó la exclusión e invisibilización de las mujeres. Apartadas de la educación, de las decisiones políticas y las económicas, las mujeres quedaron durante décadas sometidas al poder masculino.
Este modelo social patriarcal ha tenido serias consecuencias para las mujeres. Por un lado, su situación en el mundo del trabajo en franca desventaja sobre los hombres, con peores condiciones salariales lo que ha convertido a  las mujeres trabajadoras en ejército de reserva, mano de obra barata al servicio de los mercados y recluidas en el hogar encargarse de los cuidados, pues la sostenibilidad de la vida está al servicio de la acumulación de capital, lo que evidencia que el capitalismo es incompatible con la vida.

Las mujeres somos, son las más afectadas por las políticas de austeridad de los gobiernos reaccionarios, conservadores, cuyas consecuencias demuestran que lo que verdaderamente buscan es su retorno al hogar.

Han eliminado los organismos públicos específicos de igualdad. Se ha pospuesto el debate político sobre la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad por nacimiento o adopción.

Los ataques de la derecha y la iglesia a  ley actual de la interrupción voluntaria del embarazo las conquistas como el derecho al aborto libre y gratuito, atenta directamente contra los derechos de las mujeres. La maquinaria reaccionaria se ha puesto en marcha con una ley mucho más regresiva que la existente. La voluntad de controlar y tutelar los cuerpos de las mujeres, su sexualidad y, en general sus vidas, responde, claramente, a una ofensiva de corte neoliberal pero sin duda de corte patriarcal. Hoy es incuestionable que el aborto es un derecho que supone la libertad de las mujeres para decidir sobre su propio cuerpo y su propia vida. Este retroceso supone abrir la puerta a consecuencias dramáticas para las mujeres, sólo será posible para aquellas que puedan económicamente, y aquellas que no, se expondrán a situaciones de clandestinidad con el riesgo real de muerte. Esta reforma es por tanto, también, una reforma clasista. Para mantener el control férreo sobre nuestros cuerpos, vida y sexualidad, se impone un modelo de relaciones y familia tradicional y heteropatriarcal. Reforzándolo con medidas como la exclusión de anticonceptivos orales de la financiación pública, la no inclusión de educación sexual en el currículum educativo, fomento de la enseñanza religiosa y represiva o la exclusión de la sanidad pública del acceso a técnicas de reproducción asistida a mujeres solteras o parejas de mujeres.

La modificación del régimen de custodia compartida es un debate mucho más profundo que tiene que ver con los orígenes de la división sexual del trabajo, en tanto en cuanto no es sólo que más del 85% de las tareas relacionadas con el cuidado y la atención a familiares recaiga sobre las mujeres(Fuente: Instituto Nacional de Estadística, encuesta sobre usos del tiempo) sino que además nuestra inserción en el mercado laboral es más precaria y, en muchos casos se ve truncada y si no profundamente afectada por la asunción de responsabilidades de cuidados de manera mayoritaria sobre nosotras mismas, siendo otro dato esencial para confirmar esa realidad que más del 95% de las excedencias para cuidado de hijos, hijas o familiares dependientes son tomados por las mujeres (Fuente: Ministerio de Trabajo, prospecciones desde el año 2007 y sucesivos)Así que, desde un punto de vista marxista es indispensable que, además de la modificación del régimen de custodia, que tan sólo afectará al 25 % de las familias ( porcentaje actual de ruptura de parejas, según fuentes del Ministerio de Justicia) es indispensable centrar este debate desde una realidad concreta, aquella que nos dice que existen más paradas que parados, una brecha salarial entre hombres y mujeres de más de un 25% de diferencia a favor de los hombres, un millón y medio de mujeres trabajadoras a tiempo parcial… todo lo que hace que haya una cifra muy elevada de mujeres que no tiene ingresos suficientes para vivir de manera independiente. 

Lo primero que queremos señalar es que la modificación del régimen de custodia actual de manera aislada, es decir sin tener en cuenta la aplicación de medidas integrales en el resto de ámbitos que están relacionados con las tareas de cuidados, responde a una visión profundamente liberal de la política pues se pretende construir una supuesta igualdad sin modificar los elementos estructurales de discriminación. Desde un planteamiento materialista lo que nosotras defendemos es, en primer lugar la apuesta por un debate en.
Como premisa para el debate debemos entender que cualquier legislación en materia de familia no puede generalizarse.

La supresión de contenidos curriculares que incorporaban en el sistema educativo valores de igualdad de género y la prórroga de conciertos a los centros que segregan al alumnado por sexo, a pesar de las sentencias del Supremo en sentido contrario, son una prueba más de la vuelta al modelo de mujer del nacionalcatolicismo.

La violencia de género constituye, sin ninguna duda, una de nuestras mayores “lacras” sociales. No hay semana en que no se produzca un asesinato de una
mujer, a lo que, en demasiadas ocasiones debemos añadir el asesinato de niños y niñas como represalia añadida a la violencia de género. No obstante, el gobierno parece carecer de sensibilidad al respecto cuando aplica más recortes o supresión de los servicios de atención a las mujeres en situación de extrema vulnerabilidad social, así como en los de atención las víctimas de violencia machista. Es muy grave que el 64% de las mujeres víctimas de violencia de género declaren que la crisis supone un freno para denunciar por miedo a no encontrar un empleo que les permita ser autónomas.
Y una  reforma de la ley integral de violencia de género con la que se pretende invisibilizar un problema tan terrible, devolviéndolo al ámbito de lo privado, supone un peligro directo hacia nuestras vidas. Primero se pretende eliminar el término, lo que equipararía esta violencia a cualquier otra, eliminando sus especificidades y ocultándolo como problema social. Las modificaciones en materia penal en la que se suavizan los delitos, tales como que las amenazas y coacciones pasan a ser faltas leves o que ciertas penas de cárcel puedan saldarse mediante la aplicación de multas económicas, así como la preeminencia de la mediación en la disminución de las condenas o que sólo computen en las estadísticas aquellas que tengan que pernoctar en el hospital, falseando el problema, para, en la línea de lo anterior, minimizarlo.
Otra cara de la violencia que muchas mujeres somos sometidas es la violencia sexual producto de una extendida cultura de la violación, dejando las mujeres en situación de vulnerabilidad

La supresión de los tratamientos de fertilidad en la sanidad pública de mujeres solteras y lesbianas, es un ataque más al derecho a elegir nuestra familia, nuevamente la derecha y el capital quieren imponernos de manera autoritaria, el modelo de familia tradicional patriarcal de denominación del cuerpo y la voluntad de las mujeres. Una sanidad que deja de lado la realidad de las mujeres, pretendiendo igualar nuestros cuerpos a los de los hombres, es un modelo sanitario en el que nuestras vidas y nuestra salud están en constante peligro, pues no tienen en cuenta la anatomía de nuestros cuerpos, así como sus necesidades o manifestaciones patológicas diferenciadas. Todo esto nos lleva a un sentimiento de inseguridad constante en el que no existen tratamientos y procedimientos estandarizados que nos atiendan correctamente.

Ni la reorganización del trabajo reproductivo bajo un prisma mercantil ni la globalización de los cuidados, ni la tecnologización del trabajo reproductivo han contribuido a la liberación de las mujeres, ni eliminado la explotación inherente al trabajo reproductivo en su forma actual. De hecho todo lo contrario se ha reforzado la organización patriarcal del trabajo reproductivo. A partir de 2010, los despidos en el sector público altamente feminizado, han vuelto a situar el paro femenino por encima del masculino; machacando los derechos y las condiciones laborales y de vida de las mujeres.

Las tasas de riesgo de pobreza son muy elevadas, con una fuerte incidencia en la exclusión social de las mujeres, especialmente que viven solas (26%); también en el Estado Español, la pobreza tiene rostro de mujer.
La hiperflexibilización del mercado laboral, el empeoramiento sistemático de los derechos y las condiciones de trabajo, tiene consecuencias directas sobre la vida de la mayoría de la población y, en el caso específico de las mujeres supone la profundización de la División Sexual del Trabajo y, por lo tanto una vuelta al ámbito doméstico manteniendo la relación de dominación que contribuye al apuntalamiento del sistema patriarcal.

El aumento escandaloso en los últimos años de la Trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual es una muestra de cómo se mercantiliza con el cuerpo y la sexualidad de las mujeres. Una situación profundamente invisibilizada y soslayada de continuo por todos los gobiernos y todos los partidos políticos con claro dominio de la ideología patriarcal. Las mujeres y niñas prostituidas en nuestra sociedad moderna son fruto de la unión provechosa del Capitalismo y el Patriarcado en connivencia ventajosa con la hipócrita moral tradicionalista del actual gobierno conservador.
Reflejo de ello no es solo la pasividad gubernamental ante el incremento de la prostitución y la trata de mujeres y menores, con fines de explotación sexual en nuestro país, sino la protección, a veces hasta policial, que se ofrece a proxenetas y sus negocios. En definitiva quieren que las mujeres trabajadoras seamos prostitutas.

La suma de todo ello fomenta la misoginia y los estereotipos sexistas.

Por ello las mujeres han de ser conscientes de su situación de doble discriminación por clase y por género. Debemos trabajar en ello y para ello, en la fase de concienciación de las  mujeres sobre su explotación.

La crítica feminista a la economía es, de manera natural, el enfoque desde el cual debemos articular nuestro trabajo. El cuestionamiento al modelo capitalista no sólo desde la contradicción capital/trabajo, sino también desde el conflicto capital/ vida, es un avance en nuestras posiciones pues suponen otro espacio desde el que plantear la transformación radical del modelo. Debemos entender, y trabajar para que se entienda en nuestra sociedad, que el conflicto capital/vida no es una cuestión que atañe sólo a las mujeres, pues los hombres no están al margen de la “vida” y, por tanto, no les afecta sólo el conflicto capital/trabajo.

Para ello es imprescindible plantear una reflexión profunda acerca del trabajo en todas sus dimensiones y los usos del tiempo. Abordar la relación de extracción de plusvalía afectiva y de cuidados que proyecta el capitalismo sobre las mujeres. Es inaplazable hacer visible este trabajo reproductivo y de cuidados e incorporarlo como parte activa de la economía, en tanto en cuanto se hace imprescindible para la consecución de cualquier otro trabajo y por tanto de la viabilidad de cualquier modelo social y económico.

Desde el MDMH planteamos la necesidad de la Unidad de las mujeres antipatriarcales. Debemos llamar a la unidad de acción contra las políticas neoliberales de todas las organizaciones de mujeres, en una lucha que al desarrollarse y con nuestras aportaciones será progresivamente contra el capitalismo y el patriarcado y por una alternativa social anticapitalista y antipatriarcal a la crisis.

Para nosotras es tarea prioritaria organizar y movilizar a las mujeres desde todos los ámbitos posibles: asociaciones de mujeres: feministas, inmigrantes, jóvenes, sindicales, vecinales, de familias, de solidaridad…

Desde este punto de vista, entendemos que una de las tareas prioritarias es trabajar para la convergencia en torno a un bloque social feminista y anticapitalista que, desde la intervención sobre conflictos concretos, permita ir conectando todas las luchas para darles un sentido de unidad, con el fin de construir poder popular con capacidad de disputa al poder real.

Las mujeres han de implicarse en sus propias soluciones. Los problemas individuales se solucionan trabajando colectivamente. Aquí y ahora falta un referente feminista estatal de clase, unitario y plural, con una línea de acción propia, resultante del debate abierto y colectivo, construido desde abajo para dar respuesta a las necesidades reales de las mujeres, coordinado con espacios feministas equivalentes a nivel internacional.

QUÉ ES EL MOVIMIENTO DEMOCRÁTICO DE MUJERES

Es un frente de masas, cuyo origen se remite al contexto de la dictadura franquista. Fue la organización en la que se encontraron varias generaciones de mujeres que lucharon contra la dictadura, apoyando desde su creación el trabajo de centenares de mujeres en las tareas de solidaridad organizando el apoyo a las huelgas y sosteniendo a las familias con presos políticos y liderando la mayor movilización de las masas femeninas desde la posguerra. Nuestras camaradas recorrían los pueblos y barrios obreros de las ciudades organizando y consolidando colectivos. Se organizaron con las trabajadoras, creando una estructura clandestina que contaba con boletín propio, con una comisión de formación, y otra de prensa y radio. Utilizando las estructuras franquistas se realizaron acciones en los barrios.  Este Movimiento fue una destacada página en la historia de la lucha antifranquista, pero que como organización de mujeres desbordó las pretensiones, siendo el inicio de un apasionante y dificultoso viaje hacia el feminismo, que merece ocupar un destacado lugar en la historia del Feminismo en nuestro país.
Entendemos que es el momento de que las mujeres recuperemos ese movimiento de participación y trabajo unitario, centrado en los conflictos y reivindicaciones sociales.


OBJETIVOS

El MDM nace con un doble objetivo:
·    
     Organizar y coordinar la actividad de las mujeres en las diferentes organizaciones y movimientos sociales.
·         Articular espacios de participación con más mujeres que respondan a las necesidades objetivas de cada entorno de intervención concreto.
No se trata de crear otro espacio feminista más, sino de construir “formas y razones” para dar respuesta inicial organizada.

LÍNEAS DE TRABAJO


Analizar los entornos de intervención, estudiando necesidades y posibilidades.
·        Fijar planes de trabajo a desarrollar por los grupos de mujeres del MDM.

CÓMO NOS ORGANIZAMOS

El MDM se organiza en núcleos locales, provinciales y autonómicos.


PASOS A SEGUIR

JORNADAS INTERNAS: debate en TODAS organizaciones del MDM.

·         Las conclusiones debatidas en el conjunto del MDM serán presentadas  y debatidas con aquellas mujeres y organizaciones feministas que participen, en una JORNADA ABIERTA.

·         Publicación en prensa de la resolución resultante del debate.

·         Coordinación de acciones conjuntas en el ámbito estatal y europeo, desarrollando un trabajo sostenido y en red, que involucre a miles de mujeres en la reivindicación de sus intereses estratégicos de género.

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