Todos los días son #8Marzo.
Mujeres precarias. Mujeres en lucha |
Este Primero de Mayo, el Movimiento Democrático de Mujeres (MDM) se unirá a las miles de manifestaciones que recorrerán el Estado Español para seguir reivindicando la necesidad de luchar por la igualdad de derechos de las mujeres y para luchar en contra de la precariedad que está instalada en nuestras vidas desde hace ya demasiadas décadas.
Si volvemos la vista atrás, allá por 1968 (cuando una ola de revoluciones sociales y feministas recorrían Europa), las mujeres del MDM exigían el fin de la represión franquista, libertad y democracia; la derogación de la licencia marital; creación de guarderías y comedores para hacer compatible la maternidad y el trabajo; el fin de la discriminación salarial; el control sanitario de las gestantes, así como la elaboración de una nueva legislación laboral que terminase con la precariedad y discriminación de las mujeres; reclamaban mejoras en los salarios; denunciaban el abandono de los barrios, y la escasez de centros sanitarios, guarderías, escuelas o parques.
Volvemos al presente, transcurridos casi 50 años, y la realidad se antoja tozuda en tanto que, a pesar de los logros cosechados por las organizaciones feministas, políticas y sindicales, queda pendiente la incorporación y la participación plena de las mujeres en todos los ámbitos y centros de decisión, especialmente en el ámbito laboral.
La salvaje crisis-estafa, la cual parece que ha venido para instalarse definitivamente en nuestras vidas (ya que corresponde a una estrategia político-económica de privatización y reorganización de la producción), ha expulsado a miles de mujeres del mundo laboral y ha precarizado la vida de todas las jóvenes, migrantes, refugiadas, mujeres con diversidad funcional y de minorías étnicas, etc.
El Movimiento Democrático de Mujeres tiene la firme convicción de que sólo a través de la movilización en las calles es posible la transformación social y política; a través de la lucha de las mujeres y de los hombres se podrá alcanzar la meta de una sociedad sin desigualdades económicas. Para ello, además, la igualdad real entre mujeres y hombres debe situarse en el centro del debate político, sindical y social. La brecha salarial, la corresponsabilidad en el trabajo de los cuidados y en el trabajo reproductivo, los salarios dignos, la igualdad de oportunidades, la esperanza en una sociedad con más justicia social, todas estas cuestiones requieren de un nuevo modelo político-cultural donde la vida de las mujeres esté garantizada, donde no nos maten por ser mujeres (son ya 30 las mujeres asesinadas este año).
Todas y cada una de las violencias machistas deben abordarse, tienen que ser tratadas políticamente y plasmarse en la aprobación de una ley que nosotras hemos denominado como LEY DE LA PAZ PARA LA MUJERES. Esta es una demanda que no puede esperar más, que no admite retrasos, si el futuro gobierno no quiere convertirse en cómplice de las violencias contra las mujeres.
Esta ley de “La Paz para las Mujeres” contempla una nueva legislación laboral, un reforzamiento de todos los Servicios Públicos; inversión en Educación, Sanidad y Servicios Sociales; derecho a un trabajo digno y a techo; y propone la abolición de la prostitución para que el sistema capitalista no pueda comercializar los cuerpos de las mujeres que, empobrecidas por la acción nociva del propio sistema, tengan que sufrir la prostitución.
No nos sirven los Pactos de Estados vacíos de contenido entre las fuerzas políticas que causan esas mismas violencias que afirman querer erradicar.
Este Primero de Mayo inundaremos las calles de dignidad feminista para reclamar un mundo sin precariedad, un mundo donde las mujeres y hombres podamos vivir un futuro sin violencias, sin desigualdad, con la vista puesta en una realidad donde no se aniquilen los recursos naturales, y el imperialismo y sus guerras se esfumen de nuestras sociedades.
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