DEBATE HACIA LA I ASAMBLEA DEL MDM EN SAN FERNANDO DE
HENARES, 20 DE SEPTIEMBRE DE 2014
ANÁLISIS DE LA
SITUACIÓN DE LA MUJER EN LA CRISIS DEL REGIMEN
En
el contexto actual de crisis del régimen previamente al estallido de la crisis
en 2008, se venía denunciando una crisis de cuidados profunda con el
agotamiento del modelo patriarcal/capitalista, sostenido sobre la división
sexual del trabajo que impuesta en el seno de la sociedad burguesa provocó la
exclusión e invisibilización de las mujeres. Apartadas de la educación, de las
decisiones políticas y las económicas, las mujeres quedaron durante décadas
sometidas al poder masculino.
Este
modelo social patriarcal ha tenido serias consecuencias para las mujeres. Por
un lado, su situación en el mundo del trabajo en franca desventaja sobre los
hombres, con peores condiciones salariales lo que ha convertido a las mujeres trabajadoras en ejército de
reserva, mano de obra barata al servicio de los mercados y recluidas en el
hogar encargarse de los cuidados, pues la sostenibilidad de la vida está al
servicio de la acumulación de capital, lo que evidencia que el capitalismo es
incompatible con la vida.
Las
mujeres somos, son las más afectadas por las políticas de austeridad de los
gobiernos reaccionarios, conservadores, cuyas consecuencias demuestran que lo
que verdaderamente buscan es su retorno al hogar.
Han
eliminado los organismos públicos específicos de igualdad. Se ha pospuesto el debate
político sobre la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad por
nacimiento o adopción.
Los
ataques de la derecha y la iglesia a ley
actual de la interrupción voluntaria del embarazo las conquistas como el
derecho al aborto libre y gratuito, atenta directamente contra los derechos de
las mujeres. La maquinaria reaccionaria se ha puesto en marcha con una ley
mucho más regresiva que la existente. La voluntad de controlar y tutelar los
cuerpos de las mujeres, su sexualidad y, en general sus vidas, responde,
claramente, a una ofensiva de corte neoliberal pero sin duda de corte
patriarcal. Hoy es incuestionable que el aborto es un derecho que supone la
libertad de las mujeres para decidir sobre su propio cuerpo y su propia vida.
Este retroceso supone abrir la puerta a consecuencias dramáticas para las
mujeres, sólo será posible para aquellas que puedan económicamente, y aquellas
que no, se expondrán a situaciones de clandestinidad con el riesgo real de
muerte. Esta reforma es por tanto, también, una reforma clasista. Para mantener
el control férreo sobre nuestros cuerpos, vida y sexualidad, se impone un
modelo de relaciones y familia tradicional y heteropatriarcal. Reforzándolo con
medidas como la exclusión de anticonceptivos orales de la financiación pública,
la no inclusión de educación sexual en el currículum educativo, fomento de la
enseñanza religiosa y represiva o la exclusión de la sanidad pública del acceso
a técnicas de reproducción asistida a mujeres solteras o parejas de mujeres.
La
modificación del régimen de custodia compartida es un debate mucho más profundo
que tiene que ver con los orígenes de la división sexual del trabajo, en tanto
en cuanto no es sólo que más del 85% de las tareas relacionadas con el cuidado
y la atención a familiares recaiga sobre las mujeres(Fuente: Instituto Nacional
de Estadística, encuesta sobre usos del tiempo) sino que además nuestra
inserción en el mercado laboral es más precaria y, en muchos casos se ve
truncada y si no profundamente afectada por la asunción de responsabilidades de
cuidados de manera mayoritaria sobre nosotras mismas, siendo otro dato esencial
para confirmar esa realidad que más del 95% de las excedencias
para cuidado de hijos, hijas o familiares dependientes son tomados por las mujeres
(Fuente: Ministerio de Trabajo, prospecciones desde el año 2007 y sucesivos)Así
que, desde un punto de vista marxista es indispensable que, además de la
modificación del régimen de custodia, que tan sólo afectará al 25 % de las
familias ( porcentaje actual de ruptura de parejas, según fuentes del
Ministerio de Justicia) es indispensable centrar este debate desde una realidad
concreta, aquella que nos dice que existen más paradas que parados, una brecha
salarial entre hombres y mujeres de más de un 25% de diferencia a favor de los
hombres, un millón y medio de mujeres trabajadoras a tiempo parcial… todo lo
que hace que haya una cifra muy elevada de mujeres que no tiene ingresos
suficientes para vivir de manera independiente.
Lo
primero que queremos señalar es que la modificación del régimen de custodia
actual de manera aislada, es decir sin tener en cuenta la aplicación de medidas
integrales en el resto de ámbitos que están relacionados con las tareas de
cuidados, responde a una visión profundamente liberal de la política pues se
pretende construir una supuesta igualdad sin modificar los elementos
estructurales de discriminación. Desde un planteamiento materialista lo que
nosotras defendemos es, en primer lugar la apuesta por un debate en.
Como
premisa para el debate debemos entender que cualquier legislación en materia de
familia no puede generalizarse.
La
supresión de contenidos curriculares que incorporaban en el sistema educativo
valores de igualdad de género y la prórroga de conciertos a los centros que
segregan al alumnado por sexo, a pesar de las sentencias del Supremo en sentido
contrario, son una prueba más de la vuelta al modelo de mujer del
nacionalcatolicismo.
La
violencia de género constituye, sin ninguna duda, una de nuestras mayores “lacras”
sociales. No hay semana en que no se produzca un asesinato de una
mujer,
a lo que, en demasiadas ocasiones debemos añadir el asesinato de niños y niñas
como represalia añadida a la violencia de género. No obstante, el gobierno
parece carecer de sensibilidad al respecto cuando aplica más recortes o
supresión de los servicios de atención a las mujeres en situación de extrema
vulnerabilidad social, así como en los de atención las víctimas de violencia
machista. Es muy grave que el 64% de las mujeres víctimas de violencia de
género declaren que la crisis supone un freno para denunciar por miedo a no
encontrar un empleo que les permita ser autónomas.
Y
una reforma de la ley integral de
violencia de género con la que se pretende invisibilizar un problema tan
terrible, devolviéndolo al ámbito de lo privado, supone un peligro directo
hacia nuestras vidas. Primero se pretende eliminar el término, lo que
equipararía esta violencia a cualquier otra, eliminando sus especificidades y
ocultándolo como problema social. Las modificaciones en materia penal en la que
se suavizan los delitos, tales como que las amenazas y coacciones pasan a ser
faltas leves o que ciertas penas de cárcel puedan saldarse mediante la
aplicación de multas económicas, así como la preeminencia de la mediación en la
disminución de las condenas o que sólo computen en las estadísticas aquellas
que tengan que pernoctar en el hospital, falseando el problema, para, en la
línea de lo anterior, minimizarlo.
Otra
cara de la violencia que muchas mujeres somos sometidas es la violencia sexual
producto de una extendida cultura de la violación, dejando las mujeres en
situación de vulnerabilidad
La
supresión de los tratamientos de fertilidad en la sanidad pública de mujeres
solteras y lesbianas, es un ataque más al derecho a elegir nuestra familia,
nuevamente la derecha y el capital quieren imponernos de manera autoritaria, el
modelo de familia tradicional patriarcal de denominación del cuerpo y la
voluntad de las mujeres. Una sanidad que deja de lado la realidad de las
mujeres, pretendiendo igualar nuestros cuerpos a los de los hombres, es un
modelo sanitario en el que nuestras vidas y nuestra salud están en constante
peligro, pues
no tienen en cuenta la anatomía de nuestros cuerpos, así como sus necesidades o
manifestaciones patológicas diferenciadas. Todo esto nos lleva a un sentimiento
de inseguridad constante en el que no existen tratamientos y procedimientos
estandarizados que nos atiendan correctamente.
Ni
la reorganización del trabajo reproductivo bajo un prisma mercantil ni la
globalización de los cuidados, ni la tecnologización del trabajo reproductivo
han contribuido a la liberación de las mujeres, ni eliminado la explotación
inherente al trabajo reproductivo en su forma actual. De hecho todo lo
contrario se ha reforzado la organización patriarcal del trabajo reproductivo. A
partir de 2010, los despidos en el sector público altamente feminizado, han
vuelto a situar el paro femenino por encima del masculino; machacando los
derechos y las condiciones laborales y de vida de las mujeres.
Las
tasas de riesgo de pobreza son muy elevadas, con una fuerte incidencia en la
exclusión social de las mujeres, especialmente que viven solas (26%); también
en el Estado Español, la pobreza tiene rostro de mujer.
La
hiperflexibilización del mercado laboral, el empeoramiento sistemático de los
derechos y las condiciones de trabajo, tiene consecuencias directas sobre la
vida de la mayoría de la población y, en el caso específico de las mujeres
supone la profundización de la División Sexual del Trabajo y, por lo tanto una
vuelta al ámbito doméstico manteniendo la relación de dominación que contribuye
al apuntalamiento del sistema patriarcal.
El
aumento escandaloso en los últimos años de la Trata de mujeres y niñas con
fines de explotación sexual es una muestra de cómo se mercantiliza con el
cuerpo y la sexualidad de las mujeres. Una situación profundamente
invisibilizada y soslayada de continuo por todos los gobiernos y todos los
partidos políticos con claro dominio de la ideología patriarcal. Las mujeres y
niñas prostituidas en nuestra sociedad moderna son fruto de la unión provechosa
del Capitalismo y el Patriarcado en connivencia ventajosa con la hipócrita
moral tradicionalista del actual gobierno conservador.
Reflejo
de ello no es solo la pasividad gubernamental ante el incremento de la
prostitución y la trata de mujeres y menores, con fines de explotación sexual
en nuestro país, sino la protección, a veces hasta policial, que se ofrece a
proxenetas y sus negocios. En definitiva quieren que las mujeres trabajadoras
seamos prostitutas.
La
suma de todo ello fomenta la misoginia y los estereotipos sexistas.
Por
ello las mujeres han de ser conscientes de su situación de doble discriminación
por clase y por género. Debemos trabajar en ello y para ello, en la fase de
concienciación de las mujeres sobre su
explotación.
La
crítica feminista a la economía es, de manera natural, el enfoque desde el cual
debemos articular nuestro trabajo. El cuestionamiento al modelo capitalista no
sólo desde la contradicción capital/trabajo, sino también desde el conflicto
capital/ vida, es un avance en nuestras posiciones pues suponen otro espacio
desde el que plantear la transformación radical del modelo. Debemos entender, y
trabajar para que se entienda en nuestra sociedad, que el conflicto
capital/vida no es una cuestión que atañe sólo a las mujeres, pues los hombres
no están al margen de la “vida” y, por tanto, no les afecta sólo el conflicto
capital/trabajo.
Para
ello es imprescindible plantear una reflexión profunda acerca del trabajo en
todas sus dimensiones y los usos del tiempo. Abordar la relación de extracción
de plusvalía afectiva y de cuidados que proyecta el capitalismo sobre las
mujeres. Es inaplazable hacer visible este trabajo reproductivo y de cuidados e
incorporarlo como parte activa de la economía, en tanto en cuanto se hace
imprescindible para la consecución de cualquier otro trabajo y por tanto de la
viabilidad de cualquier modelo social y económico.
Desde
el MDMH planteamos la necesidad de la Unidad de las mujeres antipatriarcales.
Debemos llamar a la unidad de acción contra las políticas neoliberales de todas
las organizaciones de mujeres, en una lucha que al desarrollarse y con nuestras
aportaciones será progresivamente contra el capitalismo y el patriarcado y por
una alternativa social anticapitalista y antipatriarcal a la crisis.
Para
nosotras es tarea prioritaria organizar y movilizar a las mujeres desde todos
los ámbitos posibles: asociaciones de mujeres: feministas, inmigrantes,
jóvenes, sindicales, vecinales, de familias, de solidaridad…
Desde este punto de
vista, entendemos que una de las tareas prioritarias es trabajar para la
convergencia en torno a un bloque social feminista y anticapitalista que, desde
la intervención sobre conflictos concretos, permita ir conectando todas las
luchas para darles un sentido de unidad, con el fin de construir poder popular
con capacidad de disputa al poder real.
Las mujeres han de
implicarse en sus propias soluciones. Los problemas individuales se solucionan
trabajando colectivamente. Aquí y ahora falta un referente feminista estatal de
clase, unitario y plural, con una línea de acción propia, resultante del debate
abierto y colectivo, construido desde abajo para dar respuesta a las
necesidades reales de las mujeres, coordinado con espacios feministas
equivalentes a nivel internacional.
QUÉ ES EL MOVIMIENTO
DEMOCRÁTICO DE MUJERES
Es un frente de
masas, cuyo origen se remite al contexto de la dictadura franquista. Fue la
organización en la que se encontraron varias generaciones de mujeres que
lucharon contra la dictadura, apoyando desde su creación el trabajo de
centenares de mujeres en las tareas de solidaridad organizando el apoyo a las
huelgas y sosteniendo a las familias con presos políticos y liderando la mayor
movilización de las masas femeninas desde la posguerra. Nuestras camaradas
recorrían los pueblos y barrios obreros de las ciudades organizando y consolidando
colectivos. Se organizaron con las trabajadoras, creando una estructura
clandestina que contaba con boletín propio, con una comisión de formación, y
otra de prensa y radio. Utilizando las estructuras franquistas se realizaron
acciones en los barrios. Este Movimiento
fue una destacada página en la historia de la lucha antifranquista, pero que
como organización de mujeres desbordó las pretensiones, siendo el inicio de un
apasionante y dificultoso viaje hacia el feminismo, que merece ocupar un
destacado lugar en la historia del Feminismo en nuestro país.
Entendemos que es el
momento de que las mujeres recuperemos ese movimiento de participación y
trabajo unitario, centrado en los conflictos y reivindicaciones sociales.
OBJETIVOS
El MDM nace con un
doble objetivo:
·
Organizar y coordinar la
actividad de las mujeres en las diferentes organizaciones y movimientos
sociales.
·
Articular espacios de
participación con más mujeres que respondan a las necesidades objetivas de cada
entorno de intervención concreto.
No se trata de crear
otro espacio feminista más, sino de construir “formas y razones” para dar
respuesta inicial organizada.
LÍNEAS
DE TRABAJO
Analizar los entornos de
intervención, estudiando necesidades y posibilidades.
· Fijar planes de trabajo a
desarrollar por los grupos de mujeres del MDM.
CÓMO
NOS ORGANIZAMOS
El MDM se organiza en núcleos locales,
provinciales y autonómicos.
JORNADAS
INTERNAS: debate en TODAS organizaciones del MDM.
·
Las conclusiones debatidas
en el conjunto del MDM serán presentadas
y debatidas con aquellas mujeres y organizaciones feministas que
participen, en una JORNADA ABIERTA.
·
Publicación en prensa de la
resolución resultante del debate.
·
Coordinación de acciones
conjuntas en el ámbito estatal y europeo, desarrollando un trabajo sostenido y
en red, que involucre a miles de mujeres en la reivindicación de sus intereses
estratégicos de género.
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